miércoles, 25 de octubre de 2017

Exilio Dorado

Así es como se podría calificar el estreno de Carlos Sainz en la que sera su nueva "casa", al menos hasta que termine 2018 (yo me atrevo a decir que será por más tiempo) porque no olvidemos que el madrileño representa una cesión (y como tal, Red Bull podría recuperarlo en 2019) como parte trascendente en ese histórico acuerdo a cuatro bandas que todos conocemos; ya entonces me preguntaba en qué condiciones "El Matador" ( así le re-bautizó el gran Michael Buffer en Austin) se iba a Renault y ahora lo sabemos, lo cual, flecos contractuales aparte se presenta como la alternativa perfecta para la nueva esperanza española en circuitos.

Muy al hilo de aquellos artículos que escribí en su día sobre Los Tándem Piloto-Marca el rol actual de Sainz se dirige claramente en esa dirección; un equipo con un pasado exitoso, un potencial sobrado (el económico, que al final es el que dictamina, lo tienen) en plena fase de crecimiento competitivo con un coche en plena evolución y que en 2018 debiera dar un salto cualitativo para fijar sus miras en alcanzar el top 5 con relativa asiduidad. Dicha descripción es casi idéntica a la que se podría hacer del piloto madrileño; creo que el momento en que piloto y marca han solapado sus respectivos caminos es inmejorable y como muestra un botón: hasta la fecha Renault tenía sobre sí un halo de cierta depresión y/o estancamiento dado que sus pilotos entonces, Hulkenberg y Palmer, daban lo que daban, sobretodo el británico. Nico posee experiencia pero su edad "delata" que su mayor eclosión como piloto ya se ha producido y comparado con Sainz (quien después de tres años en Toro Rosso la sensación que deja es que puede dar muchisimo más) parece obvio que será el madrileño el que vaya a capitanear ese nuevo ciclo de Renault que ya empezó esta semana en Austin.
La excitación que se pudo ver en el motorhome galo no se había visto casi desde los años de Alonso y aunque quizá pudiera parecer algo exagerado dicho ambiente, se me antoja como una clara señal de que hay ganas, muchas ganas. Y el que parece tener más ganas que nadie es todo un "profesor" como Alain Prost al que Sainz debe pegarse como una auténtica rémora por motivos más que obvios; lo dicho, alguien duda que este es el momento perfecto para que equipo y piloto crezcan juntos?

La semana pasada hablaba mucho del duelo directo Red Bull vs Mclaren que se avecina en 2018 pero con el feeling tan bueno que se ha generado en Renault tras la llegada de Sainz, creo que quizá el duelo que habrá que tener más en cuenta es el de éstos con Mclaren. Si el motor francés rinde como se espera, el factor Newey siempre será determinante porque los genios es lo que tienen, y son muy pocos. Por eso hay equipos históricos que están como están y otros sin tanto pedigree y con un motor inferior les ponen la cara colorada en cuanto los primeros se descuidan.

Así pasó esta vez en Austin con el enésimo encuentro entre un Raikkonen sumido en su Nirvana particular (que unido a la "empanada" global de la Scudería forman un cóctel molotov) y un Verstappen desatado; el holandés haciendo gala de esa agresividad tan necesaria y en peligro de extinción, le levantó la posición en las últimas curvas sin que el insípido finés hiciera mucho para evitarlo, como si no fuese con él o como si los huecos que "Mad" Max tiene en su campo de visión no lo estuviesen para otros. La sanción posterior que nos dejó una situación en el "pre-podio" para la posteridad, al menos para mí fue lo de menos porque lo que quedó patente fue la actitud de ganar sin importar nada más, las ganas de quedar por delante del coche que te precede si tienes el más mínimo hueco. Esa agresividad de Verstappen junto a un motor competitivo y la pluma de Newey, son una combinación que va más allá de lo que diga la lógica y cualquier telemetría.

Ahora bien, si a otros como Vettel se les ha criticado duramente cuando han soltado mierda por la boca desproporcionadamente, ahora con Verstappen no se debiera mirara para otro lado. Al padre no no se le puede sancionar como al hijo pero que un piloto insulte de esas maneras a los comisarios, sean quienes sean, no parece la imagen idónea para exportar al exterior aunque su decisión halla sido errónea, lo cual debo decir que personalmente no se produjo. Es evidente que el coche del holandés traspasó los límites reglamentarios y la sanción es justa. Si con otros pilotos no se usó el mismo rasero es otro tema pero uno debe ser consecuente con sus actos y las imágenes no dejan duda.

No obstante, y recapitulando un poco el Gran Premio estadounidense, lo más trepidante con lo que nos quedamos es con la actuación pletórica de dos pilotos made in Red Bull y que más allá del momento, representan dos claras opciones a luchar por campeonatos en el medio plazo. Merece la pena vender tu alma al "diablo" Helmut Marko? Vuelvo a decir que sí.

Mientras tanto, Mclaren y Alonso siguen quemando etapas de ese vía crucis japonés en que se ha convertido una relación antaño llena de ilusión y que ahora emana inquina por todos lados con un nuevo abandono por fallo mecánico y con un desfase de velocidad punta que no se ha reducido en todo el año apenas un par de kilómetros. 
Y casi ya en segundo plano, aunque sea un hecho histórico, Hamilton cuasi sentencia su cuarta corona a pesar de la casta de un Vettel que hizo una de sus mejores carreras desde la inferioridad que le confiere un Ferrari en decadencia. El alemán empieza a digerir la frustración que tuvo que tragarse Alonso en su día reconociendo la imposibilidad de estar al nivel de Mercedes y ve como ya no es el único pluricampeón de la era post-Schumacher. Unos hincan rodilla y otros siguen a los suyo.
Hamilton y Mercedes ya han igualado a Vettel y Red Bull y a diferencia de éstos, no se avecinan cambios drásticos en la normativa que puedan romper de un día para otro su hegemonía en el corto plazo, su coche es sencillamente genial a pesar de no tener a Adrian Newey pero sí que cuentan con otros genios para fabricar una unidad de potencia demencial desde la cual el resto de departamentos se sienten fuertes aunque a veces tengan debilidades (como se ha visto).


Los siete títulos del "Káiser" cada vez están más cerca (yo creo que sí puede alcanzarlos) para un tipo que además de excepcional piloto, es un showman total: lo de Takuma Sato con el anillo de la Indy 500 y ahora con Usain Bolt es justo lo que la F1 necesita: un campeón espontáneo.


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