sábado, 24 de noviembre de 2018

Tener o no tener

Esa es la cuestión, que diría Shakespeare y que tras lo visto en Australia (y rallies precedentes) es más que obvio que a día de hoy sólo hay uno que tiene lo que hay que tener; los demás no se sabe si llegarán a tenerlo.

Este juego de palabras es suficiente para resumir lo acontecido en Australia y durante toda la temporada, una de las mejores en los 45 años de WRC sin ninguna duda.
Hubo un tiempo, cada vez más lejano, que en el Mundial de Rallies confluían varios pilotos con ese algo, un algo que parece ser cada vez más dificil encontrar fuera de territorio francés como ha quedado demostrado de nuevo este pasado fin de semana y anteriores... y no sólo con la exhibición de Ogier en tanto en cuanto a manejarse desde la inferioridad, si no también con Loeb en el RallyRACC con, por ejemplo, actitudes fuera de la pura conducción como fue aquella decisión de poner ruedas de seco en la matinal del Domingo a cuento de una pequeña charla previa con, ojito, Dani Sordo.
Resulta que fue el cántabro quien "inspiró" al nona-campeón o más bien "chivó" la mejor monta para pegar un zarpazo letal al rally; ahora bien, entonces por qué si Sordo tuvo esa "revelación" además de no hacerlo en su coche, va y se lo "casca" a un rival directo? Podría decirse de varias maneras ciertamente: falta de huevos para imponerse a su propio staff, falta de luces por irse de la lengua si sabías que tu no podrías hacerlo en tu coche, falta de palmarés y/o confianza de tu staff hacia ti...un poco de todo eso seguramente. Al final es simple, unos lo tienen y otros no.


Pero ni mucho menos es Sordo el único que no lo tiene, obvio es que el cántabro es uno más entre todos los que andan debajo de los que sí lo tuvieron y aún lo tienen, que siguen siendo dos: Loeb y Ogier. Un Ogier que con el paso de los meses se ha ido encumbrando casi como nunca antes al mismo tiempo que sus eventuales rivales por el titulo iban menguando calamitosamente hasta llegar al escenario final de Australia donde a pesar de llegar líder y depender de sí mismo, su desventaja real era evidente por tener que salir primero... pero ni por esas.
El que creíamos iba a ser el rally más complejo para el francés resulta que ha sido uno de los más "tranquilos"  (era de esperar si nos atenemos a los rallies precedentes). 
Ni Tanak ni sobretodo Neuville fueron capaces de meterle presión sino todo lo contrario, dado que ya desde el primer tramo el belga iba palmando segundos, un tramo tras otro con despistes, pinchazos y una rueda arrancada como "fin de fiesta" el Domingo; penoso.
Menudo final de año para el equipo llamado a marcar unos años de dominio tras la marcha de VW por medios sobretodo, experiencia acumulada e incluso pilotos si me apuras. 
De nuevo hay que decir que en Australia vimos el reflejo de todo el año (y alguno antes también), un Neuville incapaz de responder incluso en posición ventajosa frente a Ogier, un Mikkelsen al que si bien esta vez tuvo la "excusa" del ya famoso tractor, cierto es que tampoco se salió por encontrárselo sino un poco después por vaya usted a saber qué motivo. Y luego está el piloto comodín que en este caso fue Paddon y que por una vez cumplió las expectativas para variar aunque no sirviera para nada porque las caritas del hospitaliy de Hyundai al cruzar la meta del PS el neozelandés eran de funeral.
Llegados este punto de decepción posiblemente el problema en Hyundai resida en una dirección de equipo no del todo correcta; en Corea no dudo que dirán lo que tengan que decir, ya fracasaron una vez y no creo que ahora se queden calladitos viendo como van por el mismo camino.

Tanak llegaba realmente a tierras australes un poco como la estrella invitada para engrandecer el final de año con un desenlace a tres bandas que queda de cojones mediáticamente pero con muy escasas opciones reales dado que ya él mismo se había encargado personalmente de truncarlas el último mes.
Y ya para rematar un año nefasto como ha terminado siendo para él (y eso que con un poquito más de cabeza podría haber hecho historia con cinco o seis victorias consecutivas) y si decíamos que Paddon por una vez había cumplido con las expectativas, en el caso de Tanak pasó lo mismo pero para mal claro está. Y lo peor no fue que sus opciones como piloto se viesen truncadas de nuevo cuando se salió sin venir a cuento yendo una vez más liderando el rally (que ya estaban perdidas antes) sino que puso en serio peligro el título de su equipo con esta última cagada y Makinen no escondió su gran decepción después al ser preguntado; en este sentido no acabo de entender cómo Tommi no ha podido o sabido aconsejar al estonio dado su pasado como piloto para haber encauzado a tiempo esa desbocada velocidad que ha tenido su piloto, muy ayudado sin duda por un auténtico cochazo y por ende, un equipazo que lo ha ido evolucionando a velocidad de vértigo, valga la redundancia.
En este sentido Makinen ha cerrado muchas bocas y merece todos los halagos.
Vuelvo a decir que Ogier con este Yaris habría "campeonado"tan sobrado como en sus años de VW

Y he aquí una ironía de la vida; tuvo que ser Latvala, aquel que fue excesivamente criticado (criticas si mereció) y medio despedido hace unos meses, el que salvase y asegurase el cuarto título de Toyota ( igualando a Ford y VW) como constructor en el WRC (ayudado esta vez sí por un Lappi correcto como despedida) desde el que ganaron Sainz y Auriol en 1999, el año también del último titulo como piloto de su actual team manager. (y que le supone al fabricante nipón convertirse en el más laureado de todos los japoneses por delante de Mitsubishi y Subaru, siendo Subaru, marca perteneciente a Toyota, foco precisamente ahora de ciertos rumores sobre un posible retorno al WRC con un nuevo coche del segmento B próximamente a estrenar)

Me alegro mucho que al menos el bueno de Jari Matti haya tenido una pequeña alegría porque desde aquel nefasto abandono en Finlandia 2017 que le podría haber encumbrado a luchar por el título, el finés ha tenido mucho altibajo y sigue siendo muy competitivo, siempre lo fue, lo malo es el coco.

Asi que en estas llegamos al final de un año que ha sido trepidante como no se recordaba en al menos 15 años (en 2003 llegaron Solberg, Loeb y Sainz con opciones) y aunque como ya he comentado el maravilloso Rally de Australia no ha sido lo que se esperaba en lo que a la lucha por el título se refiere, sí hemos visto momentos muy emocionantes con la despedida de Ogier para con M-Sport y Malcolm Wilson; momentos poquísimas veces vistos al menos públicamente dado que la complicidad reinante entre piloto y patrón/equipo en estos dos años ha sido muy fuerte, quizá provocada por quienes se sabían en inferioridad de condiciones (económicas básicamente) frente a la competencia y que por ello han tenido que dar el 101% de cada uno para lograr lo logrado.
Me quedo con la frase de Ogier que dice así: "irme de M-Sport es como dejar a una novia que todavía quieres".

Sin embargo, de nuevo la vena más absurda del ya hexacampeón de nuevo salió a pasear incluso tras ganar su título más meritorio, recordemos logrado desde el perfecto manejo de su a priori inferioridad, con unas declaraciones a propósito otra vez del tan manido orden de salida en la primera jornada de cada rally. Una vez más el galo tacha de ridícula esta norma que lleva instaurada muchos años antes de que él llegase el Mundial y que pasa por ser,(por mucho que también Makinen se queje de ello sorprendentemente), la manera más equitativa de igualar las carreras
Esta "rajada" a destiempo y sin nada de razón, una vez más enturbia el talento gigantesco de un piloto que nunca supo comportarse en la derrota y que aún ganando suelta mierda por la boca tontamente.
En caso de haber perdido el título no dudo que se habría quedado a gusto excusándose en el orden de salida cuando está más que demostrado que unas veces puede perjudicar y otras tantas beneficiar.

Y de una crítica salto a otra porque si bien Australia es otro de los rallies que nunca debiera salir del calendario tampoco ( o alternarse con Nueva Zelanda como antaño), hay cosas que no deben ocurrir. Por ejemplo que un tractor o el vehículo que sea invada un tramo con el peligro tan grave que ello conlleva con la "simple" intención de recolocar unos bolos que creaban una chicane artifial. Eso pudo costar caro a Mikkelsen o cualquier otro piloto y no parece digno de un rally del WRC usar medios tan "rudos" cuando desde los propios equipos abogan por limitar electrónicamente la velocidad de los coches en determinadas zonas, llegado el caso.
Un cero patatero para Yves Matton y su equipo en este caso, esperemos tomen nota para 2019.
Tampoco parece muy loable hacer tantos tramos espectáculo hasta el punto que supongan la mitad de los tramos a correr en una jornada  como ha pasado esta vez. No podemos perder calidad en los rallies para "enseñar" éstos a las grandes masas o por puros intereses de patrocinio.


A principios de 2017 nos frotábamos las manos con el salto cualitativo que tendría el WRC con la entrada en vigor de los nuevos coches más potentes, más ligeros, más aerodinámicos y espectaculares tanto estética como activamente dentro de los tramos y después de dos temporadas completas parece que nos encontramos en uno de los mejores momentos de siempre con marcas potentes involucradas,sponsors muy reconocidos, muchísimo seguimiento mediático y países haciendo cola para albergar un rally en sus territorios.
La fórmula se ha revelado como excelsa y llegados a este punto esperemos que los cambios a introducir en el medio plazo sean fruto del consenso con las marcas y no de iluminaciones personales como sí ocurrió en el pasado.

El espectáculo continúa en escasos dos meses con el Rally de Montecarlo; la cuenta atrás ya está en marcha, tic...tac...tic...tac

sábado, 3 de noviembre de 2018

Hasta cuándo, Loeb?

Sólo el mejor piloto de todos los tiempos podría venir como "invitado" y eclipsar, (o incluso avergonzar según se mire) a aquellos que se vienen jugando el título en una de las mejores temporadas que se recuerdan , precisamente en el momento decisivo de la misma.

Esta es la idea con la que nos quedamos tod@s aquellos que durante cuatro días seguimos de un modo u otro el RallyRACC 2018; y es que much@s eramos los que no dábamos apenas "chance" al nona-campeón dadas sus anteriores apariciones en México y Córcega donde "exhibió" cierta "torpeza" (si se me permite la expresión) fruto de la inactividad, unido al tremendo nivel de pilotaje que venían demostrando los actuales top drivers del WRC (quizá no fuese tan alto visto lo visto).

Pero el idilio que mantuvieron el RallyRACC y Loeb durante 8 años consecutivos (2005 a 2012) parece perdurar en el tiempo como si de un guión de Hollywood se tratase, y en esta edición que nos toca resurgió cual amor eterno con toda su fuerza dejando a los demás como meros aprendices... Ogier incluido.

Sin embargo también han sido no pocas las voces que se han alzado contra el nivel de los actuales pilotos al mismo tiempo que Loeb les iba "ajusticiando"; ciertamente a un servidor también le ha quedado cierta confusión de ver cómo uno tras otro fueron claudicando por una u otra razón hasta que el "abuelo" Loeb sólo tuvo que "mantenerse" en cabeza (cosa que hizo corriendo a base de bien el Domingo como él reconoció al no existir ya los splits). El caso es que tras lo cual no podemos evitar hacernos esta pregunta:
hasta dónde llega el talento innato de un súper-clase y dónde empieza el demérito de los demás?

Difícil pregunta con una no menos sencilla respuesta que vamos a intentar esclarecer al menos un poco. Para empezar podríamos hablar del formato del rally con su primera etapa sobre tierra la cual suele beneficiar a aquellos que salen más retrasados al tramo (cosa que quedó patente cuando al terminar dicha etapa Sordo y Loeb eran segundo y cuarto respectivamente), después claro está no es lo mismo salir a correr con un campeonato en juego (sobretodo si es el primero en el caso de Neuville y Tanak) que hacerlo por "pura diversión" con 9 títulos en el bolsillo. Hasta aquí todo correcto hasta cierto punto en tanto en cuanto a justificar por así decirlo a los "jovenzuelos" porque el hándicap de Loeb también estaba ahí en forma de falta de kilómetros con estos coches y todo lo que ello conllevaba en forma de degradación de gomas, comportamiento en diferentes superficies, set up...
En este sentido claro ha quedado que el francés llegaba a la Costa Daurada con el C3WRC mucho más por la mano y a su gusto (hasta 3 scratchs y siempre en tiempos muy decorosos) y sin duda la cambiante climatología pudo ser su mayor aliada (en un fin de semana seco habría tenido muy difícil llegar al podio) unido a su dilatadísisma experiencia en todo tipo de circunstancias y por supuesto a su peculiar estilo de pilotaje, fino como el escalpelo de un cirujano.

Pero lo que sí marcó la diferencia final para encaminar esa 79ª victoria mundialista fue el cambio de ultimísima hora en su Citröen de unos neumáticos blandos o de agua a unos duros para asfalto seco
(le habrían dejado a Meeke tomar esa decisión? Fijo que no).
Esa decisión fue clave para desmarcarse del resto en las primeras pasadas dominicales y lo más curioso todavía fue que ningún otro de los top viese lo que sí pareció ver Loeb, con a priori, los mismos medios; dudo mucho que "Seb" tomase semejante determinación chupándose un dedo y viendo de donde venía el viento, o quizá los demás tuviesen "miedito" y fuesen a lo teóricamente más seguro, volviendo de nuevo a lo anteriormente dicho sobre la presión de unos por el título y otros no.

Sea como fuere correr tuvo que correr durante todo el transcurso del rally, ya fuese para no perder comba al principio o para mantenerse en el liderato después, y muy seguramente no creo que ningún otro piloto (de la generación que sea) hubiese sido capaz de hacerlo viniendo de una inactividad tan prolongada por mucho que estuviese corriendo el Mundial de Turismos, el WRX o el Dakar, que sin duda le han mantenido en forma pero son mundos muy diferentes.

Y es que el mismo Loeb ha tenido que reconocer públicamente lo que ya todos sabíamos desde hacía tiempo, que su lugar estuvo y estará en el WRC que es donde marcó y podría seguir marcando la diferencia en contraposición con otros campeonatos donde no pasaba de ser uno más.
Desde luego que esta última victoria le ha despertado el "gusanillo" y desde que Peugeot anunció recientemente su retirada del WRX todo puede pasar por mucho que él mismo "advierta" entre líneas, a día de hoy, que un programa completo en el WRC es muy exigente a nivel de test, viajes, etc. Obviamente la edad no perdona a nadie y con 44 años el desgaste que ya tiene de tantas temporadas está ahí pero quién sabe si no podría seguir unos años más con, digamos un máximo de cinco a siete rallies por año.

Lo que no puede ser ya es la punta de lanza de un fabricante a tiempo completo (como ya dijimos aquí y es obvio) pero viendo el ritmo al que es capaz de rodar aún, tenerlo como reclamo mediático en un programa parcial es "oro puro"y bien que lo saben en Citröen porque no había más que ver la carita de felicidad que tenía Pierre Budar en Salou aunque teniendo como tiene atado ya a Ogier, el hecho de que aún Loeb no se haya decidido por nada concreto no creo le quite el sueño... y es ahí donde entra en juego Malcolm Wilson y aquello de las segundas oportunidades que suele dar la vida.



OGIER RESURGE ENTRE EL DESACIERTO

Igual que las guindas suelen culminar los mejores pasteles y tartas, Loeb retornaba al RallyRACC como la guinda del pastel que supone la cerradisima lucha por coronarse campeón.
Ya hablamos después de Gales de las posibilidades de unos y otros y la verdad es que las decepciones han sido la seña de identidad del rally, quedando al final únicamente Ogier como mejor posicionado y recuperando el liderato del campeonato...quizá en el peor momento del año a sabiendas de que para la cita de Australia el empezar "barriendo" los tramos supone un lastre complicado de remontar.
Sin embargo, dados los acontecimientos pasados y teniendo en cuenta que para conseguir el sexto título le basta con terminar por delante de Neuville (y con un séptimo si venciese Tanak y lograse también el estonio los 5 puntos del PS), con los tremendos bandazos que belga y báltico están dando... dudo que el hándicap de abrir pista le sea determinante al francés de M-Sport/Ford.

Y es que el grado de irregularidad que vienen mostrando Tanak y Neuville es ciertamente sorprendente y dificil de medir en tanto en cuanto a quién de los dos lo ha hecho peor.
En lo que concierne al belga de Hyundai, desde que le ganara la partida a Ogier en Cerdeña mostrando una madurez inédita no ha dado pie con bola; lo que debiera haber sido su impulso definitivo para "campeonar" por méritos propios ha supuesto la cuesta abajo de sus aspiraciones.
Y si el coche ha sido uno de los motivos para ello (que lo ha sido) no podemos culpar solo al equipo porque él es parte vital del mismo a la hora de encontrar los ajustes y soluciones que cada rally requería por no hablar de los despistes que ha tenido y las libradas que también ha tenido.
Después de cinco rallies jugando con fuego y tirar por el retrete casi 30 puntos de ventaja desde entonces, llegar al final del año con tres puntos menos que tu rival me parece ya un fracaso estrepitoso de todo el equipo Hyundai porque si Neuville no ha dado la talla (aunque pelear se le ha visto sin duda) el resto de pilotos no han aparecido en todo el año.
Lo ocurrido en el RACC fue otra muestra de incapacidad (a pesar de que cierto es que el I20 ha mejorado su ritmo en asfalto) porque ver a Elfyn Evans ganarle el podio tanto a Neuville como a Sordo es de traca, y quizá tan sólo esos pocos puntos perdidos el Domingo se echen de menos en Australia (de Mikkelsen mejor ni hablar).

Lo de Tanak da casi más rabia porque después de estar deshuciado tras Cerdeña consiguió hacer lo que nadie esperaba y volver a la pelea gracias a tres victorias consecutivas que perfectamente podrían haber sido cinco y aparte de haber hecho historia le habrían dejado ya casi campeón. Sin embargo su exceso de fogosidad un tanto estúpido e innecesario tanto en Gales como en España le han dejado a verlas venir a pesar de contar con el mejor coche y con el mejor ritmo de todos; era necesario correr tanto y saltar tan violentamente en Gales o cortar tanto las curvas en España para "provocar" pinchazos con tanta diferencia como tenía frente a sus rivales? Desde luego que no.
Me pregunto cómo estaría Ogier a estas alturas con semejante cochazo, es fácil adivinarlo.

Y si antes hablaba del enorme rally que se marcó Evans cuando casi nadie daba un euro por él (yo incluido) con tanto especialista a su alrededor, también toca hablar y poner en su sitio a todos aquellos que estaban llamados y obligados a hacerlo mucho mejor y que al final quedaron en clara evidencia frente a ese "vejete" llamado Loeb. Me refiero por ejemplo a Latvala, que se llenó la boca el viernes de que podía haber ganado el rally y después de remontar cerca de un minuto tras pinchar
(otra muestra de cómo va el Yaris) y llegar líder al Domingo va y vuelve a pinchar donde nadie más lo hizo.
Otros como Lappi parecen estar reservando fuerzas para 2019 y olvidar que su marca actual se está jugando el título; otro que lleva sesteando medio año, muy decepcionante.

Si yo fuese Makinen estaría muy cabreado con mis tres pilotos porque de haber podido estar ahora con los dos campeonatos muy encarrilados si no sentenciados, el de marcas al menos, han pasado a tener uno casi perdido y el otro muy en el alambre.

Volviendo al resto, de Dani Sordo ya sabemos que sólo es capaz de rodar realmente deprisa cuando se siente absoluta y plenamente confiado con el coche y eso pasa en contadas ocasiones; el resto del tiempo pues en tierra de nadie pero "dejarse robar" el podio por Evans no es de recibo. Mikkelsen no es que ande mejor porque acabó nada menos que a dos minutos y medio de Evans; sin palabras.
Y si hubo alguien que tenía más presión que ningún otro con la aparición estelar de Loeb era Craig Breen; el irlandés tenía mucha presión y al mismo tiempo la mejor oportunidad de demostrar su capacidad pero determinados errores no forzados le hundieron y me da que no hay más chance para él

En resumidas cuentas y con lo visto en estos dos meses, quién hubiera dicho que Ogier llegaría como la opción más fiable para salir victorioso en Australia una sexta vez, más que nada por una simple razón de consistencia que los demás no han tenido en todo el año.
Esa misma falta de consistencia es la que dará el título a Toyota dado que puestos a comparar inestabilidades entre japoneses y coreanos son los segundos los que ganan sobradamente, por deméritos propios.


ERRORES A SUBSANAR, FICHAJES... Y LOEB

Por acabar de comentar lo mucho que ocurrió en el RallyRACC, no podemos pasar por alto los indeseables problemas de seguridad y orden que hubo en determinados momentos y que llevaron a la mismísima Michelle Mouton a "leer la cartilla" a los responsables del RACC y por consiguiente a la cancelación del primer tramo del Sábado (que pudieron ser más). Lo ocurrido en el shakedown fue intolerable y ello supuso una seria advertencia de la ex-piloto francesa.
Lo cierto es que fueron demasiados los tramos en que se echó en falta más seguridad porque la afluencia de público este año era inmensa y quizá desde el RACC no calcularon bien los efectivos pero igual de cierto es que año tras año se intenta concienciar a la gente de que su conducta es vital para el buen desarrollo de los rallies y los "cafres" de turno siguen haciendo de las suyas ya sea por su mala ubicación o por dejar los tramos llenos de mierda y basura.
Parece evidente que se necesitan soluciones mucho más contundentes si queremos seguir teniendo un rally del Mundial en España, más ahora que se cotiza bastante caro el entrar en el calendario con rallies como el de Japón esperando para entrar y el de Kenia en la rampa de salida para 2020..

En este sentido varias son las novedades para el año próximo; por ejemplo Chile entra por primera vez como rally puntuable y por ello el Mundial tendrá 14 rallies en total, la cifra idónea que por otro lado no debiera ser ampliada si no queremos caer en los errores de décadas pasadas y espantar a las marcas, que por otro lado han sido las que se han negado a ir a Japón y gracias a ello Córcega y España pueden respirar tranquilos... de momento, porque si Kenia vuelve en 2020 lo más seguro es que alguno salga; como para estar con problemas de tramos cancelados.

También han sido aprobadas otras medidas como la creación de un campeonato de marcas en el WRC2 (decisión muy acertada para potenciar esta categoría) la reducción de test a poco más de 30 días y el kilometraje total cronometrado de los rallies a 350 km, medidas que van encaminadas a contener costes, básicamente, como también lo va a ser el eliminar los rallies mixtos en unos dos años vista.
El actual formato del RallyRACC tiene los días contados.


Por lo que se refiere al mercado de fichajes, desde Gales hasta ahora varias han sido las confirmaciones que por otro lado estaban ya más claras; Meeke a Toyota ( ya estuvo en el hospitality japonés de Salou y ya ha probado el Yaris), Lappi a Citröen y Sordo en Hyundai.
Lo que parece inquietante es que el cántabro volvería a tener un programa parcial y entonces Paddon también se mantendría en la formación ano ser que hagan un cambio de cromos con los que ahora parecen estar en modo comodín ( como Breen o Evans)que no tendría sentido en ningún caso; no parecen aprender en Hyundai.
Y aquí es donde llegamos al "kit de la cuestión" y que aludíamos al principio hablando de las segundas oportunidades que a veces da la vida.

El futuro de Loeb con su programa del WRX finiquitado es la mayor incógnita que se barrunta en el WRC. Lo único seguro a día de hoy es que el nona-campeón correrá el próximo Dakar con un 3008 DKR 2017 del equipo PH-Sport, equipo muy afín a Citröen y que algun@s podrían interpretar como una permanencia en la marca para correr el WRC en 2019 junto a Ogier en algunos rallies sueltos.

No obstante, mi opinión al respecto es que no creo que a Ogier le haga gracia tener al enemigo en casa, sean tres o siete rallies los que fuese a correr Loeb, y más después de lo visto hace una semana.
Con esa baza es con la que puede jugar Malcolm Wilson para convencer al piloto que le dijo no en 2006 y que sin embargo la misma razón por la que perdió a Ogier podría ser la que provocara el rechazo de Loeb también ahora.
El reto se antoja harto complicado para uno de los tipos más emblemáticos del Mundial en los últimos veinte años porque el sí de Loeb pasa por hacer lo que no pudo Sainz en 2013 con VW y convencer a Ford para que hagan lo que no quisieron hace bien poco, poner más pasta.

Sinceramente, lo veo más como un sueño húmedo (por el impacto que supondría) que como una opción real.y me temo que M-Sport tendrá que "conformarse" con pilotos rechazados por otras escuadras y aguantar el temporal en espera de tiempos mejores.
Lo malo es que el sustento principal del equipo británico estos años ha sido fabricar y vender los Fiesta R5 que hasta ahora ha sido muy competitivo pero con la llegada de VW con el Polo, Skoda con el Fabia, Hyundai con el I20 y Citröen con el C3 la competencia es más dura que nunca y la inversión por sacar una nueva evolución se antoja imprescindible, tanto como que parezca competitiva en carrera y eso exige montar un equipo con al menos un piloto a tiempo completo.

Con la ya segura continuidad de Kalle Rovanpera en Skoda (flamante ganador también en el asfalto catalán), esta por ver qué pilotos escogerá VW para su retorno al mundial
(aunque sea en WRC2). Casi de la noche a la mañana el Mundial R5 va a ser muy pero que muy interesante, con volantes nuevos a cubrir y opciones nuevas para pilotos que no tenían nada claro su futuro... como Nil Solans sin ir más lejos.
El programa del catalán ya tocó a su fin y después de ganarlo todo en 2017 este año la cosa ha ido mal, demasiado mal.
Para empezar, el premio por ser campeón júnior estaba ya "envenenado" teniendo que llevar gomas Dmack y por si eso no fuese suficiente el coche tuvo problemas de mantenimiento que no eran de recibo un rally tras otro. Ya para rematar, cambiar de copiloto tan de repente no dio muy buena sensación justo después de haber penalizado por errores en la llegada a los controles horarios.
Demasiadas "historias" para pensar que la cosa podría salir bien a pesar de cambiarse a Pirelli y dar alguna muestra de velocidad en el RallyRACC para luego pinchar en el peor momento.

El futuro se presenta muy incierto para el mayor de los Solans, a pesar de que volantes parece que habrá; las ilusiones de hace un año se han tornado en grandes incertidumbres y los pocos que intentan asomarse junto al piloto de Matadepera como pueden ser Pepe López o Cohete Suárez lo hacen con programas a todo o nada. Seguimos atravesando el desierto.