domingo, 1 de agosto de 2021

Normativa WRC Vol. IV. Montecarlo 2006 " la decadencia"

La temporada 2006 del Mundial de Rallies bien podría conocerse como aquella que marcó el inicio del fin de un ciclo dorado (el mejor seguramente) que ya vimos se mantuvo en auge desde 2000 hasta 2005.
Nada menos que seis años donde el nivel de pilotos (con varios campeones co-habitando juntos)  y la escalada tecnológica de los WRC era impresionante, junto con el creciente interés de muchos países por albergar un rally mundialista... ingredientes algunos que, mal gestionados por la FIA, acabaron por "reventar el globo".

Ese globo se desvaneció en 2006 cuando tres marcas dijeron adiós: Mitsubishi (que desde 2001 nunca tuvieron un coche competitivo), Skoda y Peugeot ( quienes tras dos años con el 307 WRC no lograron el nivel del exitoso 206 además de sufrir el trágico accidente de Markko Martin y Michael Park en 2005 y que por decisiones corporativas dejaron "vía libre" a Citröen).

Con estas, sólo tres marcas ( Ford ,Subaru y Citröen) permanecieron "fieles" a un certamen que de nuevo se adentraba en un escenario de incertidumbre con un calendario exagerado de 16 rallies en 4 continentes desde Enero a Noviembre, y con unos WRC alcanzando desorbitados costes para ser competitivos (con más anchura de vías, cambios robotizados y diferenciales activos por triplicado) que les hacían al mismo tiempo ser rapidísimos y demasiado sosos al ojo del aficionado.

En esta tesitura de escasez de marcas, la FIA  se inventó una categoría "B" para los constructores con la intención de "rellenar" las clasificaciones e inscripciones de los rallies dando cabida a coches con evoluciones anteriores al año en curso y pilotos sin palmarés en los últimos seis (categoría que coparon los Fabia y 307 WRC junto con los Focus de M-Sport). En este sentido tal decisión ayudó en cierto modo a los constructores a "sacarse de encima" coches "antiguos" y a estructuras y pilotos privados la posibilidad de correr con un WRC reciente en pruebas mundialistas.

Con la generación de los 90 ya retirada al completo (Colin McRae fue "rescatado" por Kronos para correr en Turquía con el Xsara),  Marcus Gronholm, Petter Solberg y por supuesto Sebastien Loeb permanecían como los "top drivers" de un Mundial que también parecía escaso de nuevos talentos.

El binomio Loeb-Citröen se presentaban al "Monte" de 2006 como absolutos dominadores del Mundial con un bicampeonato de pilotos y marcas a sus espaldas y habiendo ganado 16 rallies de 32 en los últimos dos años (con un récord de 10 victorias en 2005).
Cabe decir como dato importante e histórico que este año 2006 Citröen no participó oficialmente sino que cedió toda su estructura al equipo belga Kronos, siendo la primera vez que un equipo "privado" ganase el título de pilotos (el de marcas se lo llevó Ford).


Junto a Loeb, fue Xevi Pons quién hizo equipo junto al campeón francés, el cual unos rallies después fue sustituido por un entonces debutante Daniel Sordo (quien este año ya hizo algunos rallies con otro Xsara privado) flamante campeón júnior y que entonces demostraba una velocidad en asfalto desorbitada al nivel incluso de Loeb 

De nuevo en Ford renovaban por completo un equipo que venía sin rumbo después de dos años. Gronholm era el fichaje estrella junto con un Mikko Hirvonen que por fin demostraría velocidad y un Focus WRC totalmente nuevo que logró dos campeonatos de marcas consecutivos.

Y el tercero en discordia era Subaru, el último representante japonés tras el adiós de Mitsubishi. En pleno dominio de las marcas europeas Subaru se defendía como gato panza arriba con un Solberg que aún era capaz de ganar algunos rallies (8 en los últimos dos años) y dos subcampeonatos de pilotos.
Para 2006 estrenaban un Impreza WRC totalmente nuevo... y nada exitoso.

MONTECARLO 

En aquel Montecarlo de 2006, así como en el resto de la temporada (y en espera del nuevo C4 WRC)  
Citröen partía con desventaja frente a Ford y Subaru dado que el Xsara WRC estaba al máximo de su desarrollo y sus rivales estrenaban coches con todo por hacer... y homologar. No obstante, una vez más se demostró lo bien hecho que estaba el Xsara y el pilotazo que era Loeb.

Con unos tramos entre secos y helados (pero sin apenas nieve) Loeb y el "viejo" Xsara empezaron marcando distancias frente a un Gronholm muy sensato sin apenas feeling con el Focus y un Solberg que equivocó la monta de gomas  y que acabó rompiendo el motor al final del primer día.
Sin embargo Loeb tuvo un muy inusual accidente y se salió, dejando vía libre a Gronholm para ganar su primer y único Montecarlo; las dos últimas jornadas del rally fueron de trámite para el finés y sólo hubo aliciente en la pelea por la tercera plaza ( Loeb se re-enganchó y acabó segundo) con coches del grupo B de constructores, léase Panizzi con un Fabia y Gardemeister y Stohl con sendos 307.
Esta clasificación, bastante "empobrecida" frente a años anteriores mostraba muy bien el decaimiento al que se enfrentaba el Mundial.

Aún así la dura pelea entre Loeb y Gronholm el resto del año mantuvo el interés hasta el final, dado que el francés tuvo un accidente montando en bicicleta y no pudo correr los últimos cuatro rallies dejando en bandeja el título para Gronholm ante la falta de competencia; pero una metedura de pata del finés, seguramente la mayor de su carrera en el Rally de Australia, hizo que el título fuese por tercera vez a manos de Loeb... por tan sólo 1 punto de diferencia.

El consuelo para Ford fue conseguir la corona de marcas después de 27 años, gracias también a un Hirvonen que con 8 podios y una victoria en Australia se mostró como el mejor relevo para los próximos años (nada que ver con Francois Duval quien salió con los pies por delante de Citröen)