sábado, 24 de noviembre de 2018

Tener o no tener

Esa es la cuestión, que diría Shakespeare y que tras lo visto en Australia (y rallies precedentes) es más que obvio que a día de hoy sólo hay uno que tiene lo que hay que tener; los demás no se sabe si llegarán a tenerlo.

Este juego de palabras es suficiente para resumir lo acontecido en Australia y durante toda la temporada, una de las mejores en los 45 años de WRC sin ninguna duda.
Hubo un tiempo, cada vez más lejano, que en el Mundial de Rallies confluían varios pilotos con ese algo, un algo que parece ser cada vez más dificil encontrar fuera de territorio francés como ha quedado demostrado de nuevo este pasado fin de semana y anteriores... y no sólo con la exhibición de Ogier en tanto en cuanto a manejarse desde la inferioridad, si no también con Loeb en el RallyRACC con, por ejemplo, actitudes fuera de la pura conducción como fue aquella decisión de poner ruedas de seco en la matinal del Domingo a cuento de una pequeña charla previa con, ojito, Dani Sordo.
Resulta que fue el cántabro quien "inspiró" al nona-campeón o más bien "chivó" la mejor monta para pegar un zarpazo letal al rally; ahora bien, entonces por qué si Sordo tuvo esa "revelación" además de no hacerlo en su coche, va y se lo "casca" a un rival directo? Podría decirse de varias maneras ciertamente: falta de huevos para imponerse a su propio staff, falta de luces por irse de la lengua si sabías que tu no podrías hacerlo en tu coche, falta de palmarés y/o confianza de tu staff hacia ti...un poco de todo eso seguramente. Al final es simple, unos lo tienen y otros no.


Pero ni mucho menos es Sordo el único que no lo tiene, obvio es que el cántabro es uno más entre todos los que andan debajo de los que sí lo tuvieron y aún lo tienen, que siguen siendo dos: Loeb y Ogier. Un Ogier que con el paso de los meses se ha ido encumbrando casi como nunca antes al mismo tiempo que sus eventuales rivales por el titulo iban menguando calamitosamente hasta llegar al escenario final de Australia donde a pesar de llegar líder y depender de sí mismo, su desventaja real era evidente por tener que salir primero... pero ni por esas.
El que creíamos iba a ser el rally más complejo para el francés resulta que ha sido uno de los más "tranquilos"  (era de esperar si nos atenemos a los rallies precedentes). 
Ni Tanak ni sobretodo Neuville fueron capaces de meterle presión sino todo lo contrario, dado que ya desde el primer tramo el belga iba palmando segundos, un tramo tras otro con despistes, pinchazos y una rueda arrancada como "fin de fiesta" el Domingo; penoso.
Menudo final de año para el equipo llamado a marcar unos años de dominio tras la marcha de VW por medios sobretodo, experiencia acumulada e incluso pilotos si me apuras. 
De nuevo hay que decir que en Australia vimos el reflejo de todo el año (y alguno antes también), un Neuville incapaz de responder incluso en posición ventajosa frente a Ogier, un Mikkelsen al que si bien esta vez tuvo la "excusa" del ya famoso tractor, cierto es que tampoco se salió por encontrárselo sino un poco después por vaya usted a saber qué motivo. Y luego está el piloto comodín que en este caso fue Paddon y que por una vez cumplió las expectativas para variar aunque no sirviera para nada porque las caritas del hospitaliy de Hyundai al cruzar la meta del PS el neozelandés eran de funeral.
Llegados este punto de decepción posiblemente el problema en Hyundai resida en una dirección de equipo no del todo correcta; en Corea no dudo que dirán lo que tengan que decir, ya fracasaron una vez y no creo que ahora se queden calladitos viendo como van por el mismo camino.

Tanak llegaba realmente a tierras australes un poco como la estrella invitada para engrandecer el final de año con un desenlace a tres bandas que queda de cojones mediáticamente pero con muy escasas opciones reales dado que ya él mismo se había encargado personalmente de truncarlas el último mes.
Y ya para rematar un año nefasto como ha terminado siendo para él (y eso que con un poquito más de cabeza podría haber hecho historia con cinco o seis victorias consecutivas) y si decíamos que Paddon por una vez había cumplido con las expectativas, en el caso de Tanak pasó lo mismo pero para mal claro está. Y lo peor no fue que sus opciones como piloto se viesen truncadas de nuevo cuando se salió sin venir a cuento yendo una vez más liderando el rally (que ya estaban perdidas antes) sino que puso en serio peligro el título de su equipo con esta última cagada y Makinen no escondió su gran decepción después al ser preguntado; en este sentido no acabo de entender cómo Tommi no ha podido o sabido aconsejar al estonio dado su pasado como piloto para haber encauzado a tiempo esa desbocada velocidad que ha tenido su piloto, muy ayudado sin duda por un auténtico cochazo y por ende, un equipazo que lo ha ido evolucionando a velocidad de vértigo, valga la redundancia.
En este sentido Makinen ha cerrado muchas bocas y merece todos los halagos.
Vuelvo a decir que Ogier con este Yaris habría "campeonado"tan sobrado como en sus años de VW

Y he aquí una ironía de la vida; tuvo que ser Latvala, aquel que fue excesivamente criticado (criticas si mereció) y medio despedido hace unos meses, el que salvase y asegurase el cuarto título de Toyota ( igualando a Ford y VW) como constructor en el WRC (ayudado esta vez sí por un Lappi correcto como despedida) desde el que ganaron Sainz y Auriol en 1999, el año también del último titulo como piloto de su actual team manager. (y que le supone al fabricante nipón convertirse en el más laureado de todos los japoneses por delante de Mitsubishi y Subaru, siendo Subaru, marca perteneciente a Toyota, foco precisamente ahora de ciertos rumores sobre un posible retorno al WRC con un nuevo coche del segmento B próximamente a estrenar)

Me alegro mucho que al menos el bueno de Jari Matti haya tenido una pequeña alegría porque desde aquel nefasto abandono en Finlandia 2017 que le podría haber encumbrado a luchar por el título, el finés ha tenido mucho altibajo y sigue siendo muy competitivo, siempre lo fue, lo malo es el coco.

Asi que en estas llegamos al final de un año que ha sido trepidante como no se recordaba en al menos 15 años (en 2003 llegaron Solberg, Loeb y Sainz con opciones) y aunque como ya he comentado el maravilloso Rally de Australia no ha sido lo que se esperaba en lo que a la lucha por el título se refiere, sí hemos visto momentos muy emocionantes con la despedida de Ogier para con M-Sport y Malcolm Wilson; momentos poquísimas veces vistos al menos públicamente dado que la complicidad reinante entre piloto y patrón/equipo en estos dos años ha sido muy fuerte, quizá provocada por quienes se sabían en inferioridad de condiciones (económicas básicamente) frente a la competencia y que por ello han tenido que dar el 101% de cada uno para lograr lo logrado.
Me quedo con la frase de Ogier que dice así: "irme de M-Sport es como dejar a una novia que todavía quieres".

Sin embargo, de nuevo la vena más absurda del ya hexacampeón de nuevo salió a pasear incluso tras ganar su título más meritorio, recordemos logrado desde el perfecto manejo de su a priori inferioridad, con unas declaraciones a propósito otra vez del tan manido orden de salida en la primera jornada de cada rally. Una vez más el galo tacha de ridícula esta norma que lleva instaurada muchos años antes de que él llegase el Mundial y que pasa por ser,(por mucho que también Makinen se queje de ello sorprendentemente), la manera más equitativa de igualar las carreras
Esta "rajada" a destiempo y sin nada de razón, una vez más enturbia el talento gigantesco de un piloto que nunca supo comportarse en la derrota y que aún ganando suelta mierda por la boca tontamente.
En caso de haber perdido el título no dudo que se habría quedado a gusto excusándose en el orden de salida cuando está más que demostrado que unas veces puede perjudicar y otras tantas beneficiar.

Y de una crítica salto a otra porque si bien Australia es otro de los rallies que nunca debiera salir del calendario tampoco ( o alternarse con Nueva Zelanda como antaño), hay cosas que no deben ocurrir. Por ejemplo que un tractor o el vehículo que sea invada un tramo con el peligro tan grave que ello conlleva con la "simple" intención de recolocar unos bolos que creaban una chicane artifial. Eso pudo costar caro a Mikkelsen o cualquier otro piloto y no parece digno de un rally del WRC usar medios tan "rudos" cuando desde los propios equipos abogan por limitar electrónicamente la velocidad de los coches en determinadas zonas, llegado el caso.
Un cero patatero para Yves Matton y su equipo en este caso, esperemos tomen nota para 2019.
Tampoco parece muy loable hacer tantos tramos espectáculo hasta el punto que supongan la mitad de los tramos a correr en una jornada  como ha pasado esta vez. No podemos perder calidad en los rallies para "enseñar" éstos a las grandes masas o por puros intereses de patrocinio.


A principios de 2017 nos frotábamos las manos con el salto cualitativo que tendría el WRC con la entrada en vigor de los nuevos coches más potentes, más ligeros, más aerodinámicos y espectaculares tanto estética como activamente dentro de los tramos y después de dos temporadas completas parece que nos encontramos en uno de los mejores momentos de siempre con marcas potentes involucradas,sponsors muy reconocidos, muchísimo seguimiento mediático y países haciendo cola para albergar un rally en sus territorios.
La fórmula se ha revelado como excelsa y llegados a este punto esperemos que los cambios a introducir en el medio plazo sean fruto del consenso con las marcas y no de iluminaciones personales como sí ocurrió en el pasado.

El espectáculo continúa en escasos dos meses con el Rally de Montecarlo; la cuenta atrás ya está en marcha, tic...tac...tic...tac

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