martes, 25 de febrero de 2020

Evans al rescate (1)

Creo que no hay cabecera mejor para definir lo que Elfyn Evans está haciendo en este comienzo de año, tanto en Montecarlo como en Suecia.
Y es que el piloto galés no ha podido "elegir" mejor momento para eclosinar como top driver en un momento de cierta incertidumbre y/o fragilidad por el que pasa el Mundial tras tres años de excelencia (parece que los ciclos dorados son cada vez más escasos) donde la ausencia a última hora de Citröen ha dejado cojo y muy necesitado de buenas noticias a un Mundial de Rallies que se enfrenta en poco más de un año a la mayor revolución tecnológica de su historia con la inclusión de coches híbridos (y cuya normativa aún no está cien por cien definida por cierto).


 Por suerte esas buenas nuevas no se han hecho esperar y si el contar con un fabricante menos presagiaba una decadencia notoria, el hecho de tener a un piloto como Elfyn Evans tan clara como inesperadamente decidido a luchar por el título puede paliar en parte ese vacio que dejó Citröen.


LA ESPANTADA FRANCESA

Y es de ese "vacío" del que toca hablar esta vez.
Nadie vaticinaba algo así cuando 13 meses antes Ogier se estrenaba con victoria en el "Monte" con el equipo que le vio "nacer" en el WRC.
Con el ciclo de Loeb ya terminado en PSA no había traba alguna para que su sucesor natural tomara el relevo en la marca más laureada en el Mundial, (a pesar de que él mismo ya anunciara que no estaría más de dos años) y abriesen una nueva etapa juntos post-Loeb.
Incluso la marca gala se hizo abanderada de las presiones a la FIA para "electrificar" el Mundial en lo que parecía una clara apuesta por competir a medio-largo plazo; todo bien hasta ahora.

¿Qué pasó entonces para que terminaran tirándose los trastos a la cabeza?
A este respecto conviene comparar la etapa del hexacampeón en M-Sport  y el año tan abrupto con los galos y hacerse esta pregunta: ¿cómo pudo ganar dos títulos con un coche sin apoyo directo de fábrica y "huir" de uno que si lo tenía?
El caso es que el C3 hasta la llegada de Ogier tuvo demasiados vaivenes en su desarrollo y éste se encontró un coche que previamente habían "tocado" Meeke, Mikkelsen y Loeb. y que aún asi ganó dos de los tres primeros rallies con cuatro podios en las siguientes cinco pruebas llegando muy vivo a la mitad del calendario.
Después pasó un bache de tres rallies cediendo terreno para ganar en Turquía, otro podio en Gales y llegar al Catalunya con un match ball en contra que se precipitó con los problemas de dirección ya famosos y el más famoso aún cabreo de su esposa en RRSS.

Y aquí es donde se puede ver el vaso medio vacío o medio lleno, y posiblemente viniendo de una racha de seis títulos consecutivos era más fácil verlo medio vacío...o no.
Verdad es que el C3 se mostró algo irregular en su fiabilidad (más que los años anteriores por cierto)
pero también es verdad que aún así llegaron al penúltimo rally con opciones al título y en mi opinión terminar el año con tres victorias y cinco podios no es ninguna catástrofe para acabar como se acabó.

Entonces qué fue primero el huevo o la gallina, es decir, quién desencadenó todo, Ogier o Citröen.
¿Hasta qué punto influyó en el bajón de Ogier-Citröen la mejora de tipos como Tanak y de estrategias de equipo como las de Hyundai?
¿Se sintió Ogier "engañado" al ver que PSA miraba a otros campeonatos como Le Mans y la Fórmula E, dejando a un lado el WRC lo que podría mermar el desarrollo del C3?
Según Pierre Budar la inversión en mejorar el coche ya estaba hecha y esperaban homologarlo en este 2020, desarrollo cuyo coste y tiempo se ha tirado por la borda.

He aquí pues mis conclusiones:
Todos sabemos que hoy en día los tiempos para los fabricantes de automóviles son arduos y las estrategias a varios años vista no son seguras; no dudo que Citröen tuviese pensado seguir corriendo en un WRC híbrido y tampoco dudo que alguien con poder hubiese provocado un cambio de estrategia con respecto a la inversión en motorsport girando a los circuitos.
Teniendo en cuenta que el desarrollo del C3 en 2020 estaba garantizado (y hecho ya en parte) año de la supuesta retirada de Ogie por otro lado, no es muy entendible que el campeón galo abandonara un proyecto a medio terminar con grandes posibilidades de hacerlo mejor que en 2019 por mucho que en Toyota hubiese un asiento libre y cuyo coche era ( y aún es) el mejor de todos.

Lo que si es más entendible es la postura adoptada por Citröen tras saber que Ogier se marchaba
 (y que conste que en un principio pensaba de forma diferente) dado que todo el organigrama técnico y humano se formó para ganar junto al hexacampeón y ciertamente, con todos los pilotos top con contratos firmados, el hecho de traer un "segundo espada" o un "jovenzuelo" sin experiencia con el programa en el WRC ya sentenciado...no parecía la mejor estrategia para seguir "quemando" dinero y seguir estando en un segundo plano.
Y es que hace dos/tres meses apostar por un Lappi como punta de lanza con el 2019 tan mediocre que había hecho no era fácil de vender a un consejo de administración y traer a un Evans, Mikkelsen, Breen,Latvala...pues poco mejor pintaba, casi como lanzar una moneda al aire.

Lo que si es criticable a Citröen es el modo en que redactó su comunicado de salida del WRC faltando el respeto a todos esos pilotos que si están o han estado en el Mundial es por algo.
 Con lo fácil que habría sido aludir a decisiones estratégicas internas de la marca (que es lo que realmente pasó).


CONTINUARÁ EN PRÓXIMOS DÍAS...

Fotos de @ElfynEvans @CitroenRacing







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