sábado, 24 de marzo de 2018

Historietas que no cesan


Ya es tradición que en cada comienzo de temporada (e incluso meses antes) tengamos pleitos dialécticos (junto con amenazas y/o chantajes incluidos) entre unos y otros "contendientes" del CERA por la tan manida y terriblemente manejada reglamentación, principalmente por culpa de su principal responsable y gestor que no es otro que la RFEA (menos mal que otra federación era posible).

Superados ya los "capítulos" de los Porsches y los Evo R4 el penúltimo pleito ponía en la picota a los N5 y su, a mi humilde juicio, exagerada permisividad a la hora de ir adaptándolos a los tramos de asfalto que les ha acercado demasiado ( no entiendo que se les halla permitido una brida mayor para llegar a los 300 cv, es volver al camino de los R4) a los que en teoría iban a ser los coches predilectos para de una vez por todas atraer a las marcas bajo la normativa FIA, con todo lo que ello conlleva; el invierno ha sido movidito con dardos envenenados entre uno y otro bando acerca de si unos son demasiado competitivos respecto a los otros y como siempre cada uno defiende sus intereses por encima de tener un campeonato verdaderamente atrayente y al final se les acaba viendo el "plumero"... a unos más que a otros claro.
Hasta aquí y por desgracia todo es más o menos normal pero lo que ya parece un poco el colmo de los despropósitos es que los dos únicos preparadores que iniciaron la vía de desarrollo de los primitivos Maxi Rally argentinos a los actuales N5 españoles anden a la gresca en el modo en que parece lo están haciendo visto lo visto en el Rally do Cocido. Y de nuevo la RFEA "consintiendo" desde su altar de mármol.


Pero vayamos por partes porque hay mucho de lo que hablar y pocas líneas para hacerlo.
Para empezar, debo decir que siento una notable decepción por el equipo electo en la RFEA con su presidente a la cabeza porque muy pocas son las novedades que han instaurado (cierto que su apuesta por sacar un proyecto para jóvenes pilotos hacia el ERC es destacable, así como obligatorio) y demasiadas las reminiscencias que perduran respecto a épocas que parecían superadas. Desconozco hasta qué punto puedan tener las manos "atadas" para tomar decisiones unilaterales pero con determinados temas como los reconocimientos ilegales, los coeficientes de cada rally, las decisiones un tanto arbitrarias de los comisarios a la hora de aplicar penalizaciones y/o exclusiones  y la reglamentación y sus homologaciones pertinentes creo que tod@s esperábamos bastante más; la ambigüedad en la que se mueve esta RFEA no es de recibo.
Respecto a los entrenos ilegales y las triquiñuelas que algunos mal llamados pilotos utilizan todavía pues da mucha pena comprobar que la única explicación que se da desde el organismo rector es que es muy difícil demostrar dichas conductas deleznables y así se siguen yendo de rositas estos individuos año tras año y esté quien esté en la Federación.
Sin embargo parece que no les tiembla la mano a la hora de interpretar ciertos "vacíos" en la reglamentación para excluir a este u otro participante por montar determinadas piezas sin pararse a pensar un sólo instante que con esa decisión totalmente interpretada por su juicio profesional pero al final subjetivo, los peores parados van a ser los eslabones más débiles, es decir, los sacrificados pilotos y sus exiguos programas que a duras penas pueden sacar adelante en un campeonato de locos en que se ha convertido el CERA 2018 con 11 rallies puntuables.

Ya no digamos nada si como se viene especulando desde muchas voces implicadas, estas supuestas verificaciones rutinarias han sido "empujadas" por terceros en la "sombra" ( tod@s sabemos quiénes podrían ser) dado que ninguna ha sido la reclamación hecha por los cauces oficiales; sea o no sea cierto esto, qué clase de campeonato es este y qué imagen se está mandando al exterior, léase patrocinadores y marcas de coches?
Parece que todo el "jaleo" viene originado porque para abaratar costes uno de esos dos preparadores ha fabricado por su cuenta determinadas piezas ( el otro parece ser que las importa) que ahora resulta no cumplen con la homologación pertinente y de ahí todo lo que ya sabemos ha venido ocurriendo esta semana con amenazas de abandono y riadas de comunicados, unos más sensatos que otros.

Por supuesto y para seguir con su actitud ambigua y para nada esclarecedora, la RFEA no ayuda en nada a dejar claros todos los puntos de tan importante incidente y no dejamos de movernos en la incertidumbre;a quién debemos creer?

Se supone que los estándares de homologación para determinadas piezas de los N5 quedaron claras el año pasado y parece ser que las manguetas que ahora son ilegales, en el CERT 2017 sí estaban permitidas; eso es fruto de la interpretación del comisario de turno o hay algo más? Lo peor es que sea por uno u otro motivo la Federación queda a la altura del barro.

Y también es muy difícil pensar que un preparador con tantos clientes y coches fabricados y vendidos, que organiza un campeonato con dichos coches para dos superficies distintas vaya a utilizar piezas que no tienen una homologación clara y concisa; qué demonios está sucediendo?

Cambiando un poco de tema pero al final también con relación de lo anterior, este 2018 será recordado como el de la locura total. Lalín ha dado el pistoletazo de salida a un calendario demencial con 11 rallies (ya puestos y como andamos sobrados de dinero y participantes que metan dos más y le hacemos la competencia al WRC) de los que encima todos y cada uno de ellos tendrán igual coeficiente. En ningún caso un Nacional debiera tener más de 8 carreras puntuables con máximo 1 descarte; muy equitativo todo si. Es decir, que un pedazo de rally como el Islas Canarias puntuable para el ERC va a dar los mismos puntos que un sucedáneo como el RACE-Comunidad de Madrid; cuál es el papel de la RFEA en esto? Cómo se puede hacer esta injusticia de igualar rallies tan distintos en tantos aspectos? Es esta la nueva Federación? Yo lo sigo viendo todo igual.


UN COCIDO BIEN HECHO

A todo esto, en el estupendo Rally do Cocido vimos un anticipo de lo que, a pesar de los pesares, puede ser un año muy interesante con dos pilotazos ,campeones ambos,enfrentados con dos coches que han demostrado de sobra su competitividad y no lo olvidemos, con apoyo importante (que no total) de sus respectivas marcas; todo un logro viendo el estado actual en el que está este circo llamado CERA.
Esperemos que pueda "inmiscuirse" entre estos dos "perros de presa" Surhayén Pernía porque nivel y coche tiene de sobra para ello pero por H o por B seguimos sin poder ver al cántabro corriendo pleno de facultades y ver hasta dónde llega realmente. A ver si Vallejo Racing puede sacarle el jugo a ese I20 que RMC no pudo/supo en 2017 con tantos problemas.

Y no olvidemos tampoco que para el Sierra Morena un "tal" Jose Antonio Suárez se incorporará con otro I20 R5 más (sacado casi por arte de magia, es lo que tienen los padrinos bicampeones del mundo) para darle mayor empaque a un campeonato que hace aguas por demasiados sitios pero que un año más terminará siendo muy digno gracias a los de siempre.

Con respecto a Suárez parece claro que su periplo internacional ha tocado a su fin más allá de correr el RallyRACC y ni siquiera Carlos Sainz puede hacer magia; si no se tienen resultados no hay nada que hacer y Suárez no los ha tenido en dos años corriendo como oficial de Peugeot (ni los tuvo antes y aún así ha tenido muchas más oportunidades que otros con más talento).
Vale que el 208 T16 era un coche mediocre pero no ha habido un rally ni en WRC2 primero ni en el ERC después donde el asturiano mandara el más mínimo mensaje conciso de velocidad y constancia.

Y mientras a unos se les otorga la enésima oportunidad de demostrar quién sabe qué, otros ya ni siquiera sueñan con ello. Pepe López y Cristian García personifican el fracaso de los rallies en España con su respectiva inactividad en este 2018 siendo como eran, y siguen siendo, dos de las mayores promesas en este país junto con Nil Solans.


Seguimos "desperdiciando" talento sin darle una verdadera oportunidad y no salimos de rencillas unos contra otros porque quiero que el coche que he construido sea el más rápido y haga sombra a los R5 valiendo 100.000 euros menos y si no me enfado.





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