Obviando lo cual (pero teniéndolo muy presente) hubo mucho e inesperado en los cuatro días de competición; creo que a grosso modo la sorpresa positiva fue Toyota y la negativa Citröen, siempre a sabiendas que esto acaba de empezar. Que no "panda el cúnico".

Malos tiempos para los españoles en el panorama internacional que ya viene de lejos y que me da no va a mejorar por lo que debemos prepararnos para lo que pueda venir a pesar de tener buena materia prima. Falta dinero, faltan apoyos y por supuesto falta intención.
Volviendo a los WRC, entre las sorpresas positivas y negativas que representan Toyota y Citröen respectivamente hay muchos matices como por ejemplo que Hyundai sigue con sus luces y sombras a pesar del paso del tiempo y ya no solo en cuanto a determinados fallos mecánicos que ensombrecen un coche en general muy bien parido (estoy de acuerdo en colocarles como el equipo a batir viendo el coche y sus pilotos pero ellos mismos siembran dudas) pero que han echado por tierra una victoria merecidísima de un Neuville irreconocible (recordemos la que montó en 2014 al salirse en el primer tramo) con un elemento tan básico como la dirección que se rompió en los dos coches y unos componentes algo frágiles pues el golpe que hizo abandonar al belga no parecía mayor que otros sin consecuencias de Ogier por ejemplo. Me refiero también a una crítica directa de Dani Sordo al respecto de que no le informaran a tiempo de la monta de gomas ideal en el PS que el mismo Neuville recomendó por radio al equipo y éste tardó demasiado en comunicar al cántabro, lo que bien pudo haber arruinado el podio. En qué estaban pensando? Otra parecida a la del año pasado con la rueda de más a Sordo. Un Sordo que me temo y no tengo dudas lleva estancado en su rendimiento varios años y éste llega hasta donde llega, es decir, recurrir a la "técnica Ostberg" en casi todos los rallies excepto en aquellos donde el asfalto esté limpio como una patena, los cuales se dan una o dos veces al año. El resto de las veces y como le sucedía al noruego podrá "pescar" algo en forma de podios cuando los cinco o seis primeros abandonen por lo que sea pero su rendimiento estará claramente por debajo.

Carlos del Barrio dijo que era un "lujo asiático" que estuviera en esta categoría y no puedo estar más de acuerdo. Aunque estar así halla sido fruto de su propia decisión ya que parece ser que tuvo la opción de subirse al Fiesta DMack y prefirió agotar la vía del Polo, una opción que a mi a estas alturas de año ya, no me parece bien. Las cosas deben hacerse a su tiempo, es lo serio para un campeonato mundial. No obstante el año es largo y creo que si aguarda acontecimientos podría ser la sorpresa que pocos esperan si por ejemplo Meeke no se endereza a la voz de ya.
El año pasado a mi ya me dejó algo inquieto el nor-irlandés con sus últimos rallies donde demostró estar un poco disperso pero aún tenía la excusa de estar más pendiente del C3. Bien, ahora es el momento de darlo todo y sigue sin dar muestras al menos de madurez, pues ha sido el peor top de los cuatro que deben marcar el ritmo en sus respectivos equipos. Como decía, dentro de Citröen no parece tener amenazas inminentes pero desde fuera, y en concreto desde Noruega, puede que sí.
Volviendo a los tres pilotos de perfil medio-bajo de antes, los Tanak, Breen y Evans, creo que el que más ilusión aporta, o sigue aportando, es el irlandés. Justo lo contrario que su medio paisano y compañero, sus sensaciones siguen siendo buenas y un quinto puesto con un DS3 2016 creo es para valorarlo bastante. Me parece claramente mejor piloto que Lefebvre y estoy deseando verle con el C3.
Como decía antes de Mikkelsen y sus propias decisiones, Citröen ha apostado por un top y dos jovenzuelos cuando quizá pudiera haber contratado a Mikkelsen y alternar ese tercer C3 e incentivar todavía más a esos jovenzuelos con un premio para el que mejor lo hiciera. Creo habría sido un equipo muy muy apañado. Ahora deberán "sufrir" su apuesta un tanto arriesgada pero agradecida.
Del "chasco" de Citröen a la sorpresa de Toyota. Mucho se había dicho de que el Yaris estaba a medio hacer y que aquello era un clan de finlandeses, que Ogier poco menos que salió corriendo tras probar el coche, etc, etc pero resulta que ha sido el coche más fiable de todos partiendo de la peor base; o sea de cero patatero. Muchas bocas se han cerrado y la primera la del mismo Ogier que ha reconocido sorprenderse de la gran fiabilidad mostrada. Yo en su día también tuve dudas de las maniobras encaminadas por Makinen despidiendo gente y volviendo a hacer el Yaris desde cero, arriesgadas sin duda pero por lo visto hechas con toda la seguridad del que se sabe en el camino correcto; bravo Tommi. Por cierto que pocas veces un team manager ha despertado tanta expectación como el tetracampeón para los aficioonados, en el parque cerrado y es que Makinen es otra leyenda viva del WRC.

Y mucho más que evolucionar el Fiesta es lo que se espera de Ogier y Ford, o M-Sport, o como quiera que halla que llamar ahora al equipo de Malcolm Wilson, el otro culebrón del año por cierto.
Vale que tenían la menor cantidad de kilómetros recorridos con el nuevo coche pero el plus de tener al mejor piloto en probablemente el mejor WRC ( M-Sport ha tenido estos años un estupendo coche con mediocres pilotos) no merece un planteamiento tan conservador que por otro lado no se cree nadie. Sí se notó más templanza en Ogier que en Tanak a la hora de buscar los límites del Fiesta pero ha quedado claro, por los tiempos del estonio ( y los de Evans), que la base promete y en cuanto Ogier tenga el coche por la mano, junto con esa suerte que sigue acompañándole, será el hombre a batir.
Esto acaba de empezar de todos modos y se siguen aceptando apuestas. La mía es esta: sólo Hyundai y seguramente Neuville, parecen tener el coche y quizá las manos para molestar el quinto título de Ogier, lo malo es que dentro de Hyundai siguen pasando cosas.